Urbanismo y movilidad sostenible son dos términos que deberían de ir juntos. Los planes urbanos de movilidad son la solución a los problemas de circulación de las ciudades y hoy, por ser el día de urbanismo, vamos a centrarnos en este tema.

¿Son urbanismo y movilidad sostenible la pareja perfecta para que las ciudades sean eficientes en todos sus aspectos?

Las oportunidades que ofrece una gran ciudad son indiscutibles: un amplio abanico cultural, deportivo, comercial, laboral… Pero si los edificios o las carreteras no están planificadas correctamente, pueden suponer un problema para transitar por la ciudad.

La movilidad está estrechamente ligada al urbanismo. Según se ordene una ciudad se fomentará el uso de un transporte u otro. Por ejemplo, Zaragoza, es una ciudad que propone el uso de bicicletas gracias a su extensa zona de carril bici; mientras que Barcelona, impulsa el transporte público, en especial tranvía y autobús.

Si hablamos de movilidad sostenible, el urbanismo es un factor clave. Evitar los interminables atascos de coches particulares y la contaminación que generan es una de las preocupaciones de contaminación actuales de las ciudades españolas.

El tira y afloja de la relación urbanismo y movilidad sostenible

Dado que no es posible construir una ciudad de cero, es necesario contar con la distribución actual y dejar la transformación física a cambios de menor magnitud como la implantación de carriles especiales para bicis o cierres de calles al tráfico. Los cambios más relevantes son aquellos que cambian la legislación para circular. Un ejemplo de ello son las ciudades que restringen el paso a vehículos contaminantes (dependiendo del escenario que se active) a zonas del centro, como va a suceder en Madrid.

Si quieres saber más sobre el etiquetado de la DGT en la Almendra Central Madrid, lee nuestro artículo “¿Te afectará el cierre al tráfico de Madrid?”

– Muévete en verde –

Un cambio en la señalización, en la velocidad de algunas calles o ayudas para el transporte público o compra de vehículos eléctricos, son casos que afectan a la movilidad urbana. Hay dudas y opiniones contrarias en si esto es responsabilidad del urbanismo, pero lo que está claro es que no sólo el orden de los edificios afecta a la red de transporte.

¿Cómo están reaccionandog las ciudades?

 España no se está quedando atrás en el top de smart cities, cuenta con más de 8.000 municipios, muchos de ellos ciudades, que aspiran a ser consideradas como smart cities. Algunas de las medidas que ya se están implantando son:

    • Espacios virtuales de colaboración y opiniones de ciudadanos, donde se pueden extraer mejoras que afecten a toda la población. Valencia o Santander destacan en este aspecto.
    • Apoyan alternativas de transporte y restringen la dependencia que hay del coche particular. Como sucede en Madrid, que fomenta el uso de vehículos ECO y CERO en el centro y en episodios de alta contaminación.
    • Accesibilidad universal. Se consigue si los espacios y el transporte público son accesibles para todos. Ascensores, carteles en braille o rampas para minusválidos, son algunas de las medidas que se implantan en urbes como Barcelona.
    • Velocidad adecuada según la red de carreteras. Sevilla ya ha dividido su ciudad por zonas de tráfico, y responde de dos maneras. Con contaminación, limita la velocidad a ciertos vehículos; mientras que, diariamente, fomenta rutas alternativas para evitar los grandes atascos centrales.

Un plan de movilidad urbana para todos

Para convertirse en una ciudad eficiente se necesita impulsar todas las alternativas de transporte limpio. Transporte público, coches eléctricos, carsharing, patinetes o bicicletas, lo importante es encontrar un plan de movilidad que favorezca a toda la población.