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Nos ahorraremos más del 35% en gastos de reparación.
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Los talleres más pequeños lo tienen más difícil.
El cambio que traen los coches eléctricos también afecta a los mecánicos.
Hace poco ya escribimos sobre las ventajas de reparar un coche eléctrico, que disminuía el gasto en más de un 35% desde la compra hasta los 10 años. Esta reducción considerable de la factura, además del diferente modo de mantener un vehículo de estas características, sugiere a los talleres más tradicionales que se actualicen antes de quedarse obsoletos.
¿Por qué cuesta menos reparar un coche eléctrico?
Repasemos algunos datos. Los motores de estos vehículos tienen menos piezas (unas 25) que los coches tradicionales de combustión interna. Ya no se necesitan filtros, bujías, filtro de aceite, tubo de escape… Que además son las piezas más caras de sustituir (hasta 15.000 € de media).
Los costes en mano de obra también se abaratan. De 3.500 a 500€ de media. Y ese dinero va destinado, sobre todo, al cambio de baterías. Una pieza se queda obsoleta cada 10 años y, por tanto, se cambia una vez por década.
¿Cómo se deben adaptar los talleres?
Por un lado, lo único que requiere un equilibrado constante (para que no pierda eficiencia) son las baterías, seguidas de la instalación de cableado. Por otro lado, al no tener piezas que se estropeen con más frecuencia, las visitas disminuirán y, con ellas, los ingresos de los talleres. Reparar un coche eléctrico, recordamos que no conlleva muchas horas de mano de obra, pero sí especializada en este nuevo territorio automovilístico.
Y aquí entra en juego la mayor seguridad que supone reparar un modelo de vehículo eléctrico. Los talleres actuales que ya cuentan con este servicio invierten en prevención: guantes de goma, zapatillas con suela ancha, máscaras para evitar el chispazo y un controlador de voltaje. Este último mide la salud de la batería y previene cualquier problema al retocarla.
¿A quién afectará más este cambio?
Los talleres pequeños serán los más afectados por este cambio. Y es que adaptar un taller a las medidas necesarias no es barato. Los expertos hablan de 15.000€ o 20.000€ para adaptar totalmente el espacio. Una inversión complicada para los talleres que no forman parte de grandes cadenas. Maquinaria, controles exhaustivos, puntos de recarga… todo listo para dar la bienvenida a la electricidad.
Pero el auge del coche eléctrico no tiene por qué significar que la disminución de ingresos en los talleres sea tan grave. El frenado, la tracción y la refrigeración siguen necesitando un mantenimiento. Y los modelos de carsharing o el futuro coche autónomo aumentarán la demanda de servicios de reparaciones. Lo que sí está claro es que hay que renovarse y adaptarse a los tiempos de la movilidad eléctrica.