Esta mañana me he levantado decidido a cambiar mi estilo de vida, empezando por mi manera de viajar todos los días al trabajo. He desempolvado mi bicicleta eléctrica, me he puesto el casco y esto ha sido lo que ha ocurrido.

Tenía cierta idea de lo que era movilidad sostenible, pero pensaba que con utilizar menos el coche para ir de compras bastaba. No me daba cuenta de la cantidad de kilómetros (y de contaminación, además de ansiedad) que recorría cada mañana al empezar mi rutina laboral. Al hablar con un amigo que iba en bicicleta eléctrica por la ciudad y enumerarme las infinitas ventajas que esto le traía, me decidí a probarlo por mi cuenta.

7:00 am Concienciándome desde primera hora

Te lo admito. Un lunes nada más escuchar el sonido de la alarma lo último que me apetecía era ponerme a pedalear. Pero mi fuerza de voluntad (y los michelines que ya me estaban saliendo por no hacer ejercicio) me dieron fuerzas para sacar la bicicleta eléctrica del trastero.

7:30 am La vuelta a la manzana

En cuanto puse un pie y una rueda en mitad de mi calle, supe que había elegido correctamente. El camión de la basura estaba formando un pequeño atasco detrás de él, y me decidí a buscar la siguiente intersección para ir a mi trabajo. Podía ir por la acera sin pedalear, lo que me facilitó esquivar el primer problema que hubiera encontrado yendo en coche.

7:45 am Cuesta menos si es una bicicleta eléctrica

A la mitad de camino, casi se me sale el corazón del pecho: se me había olvidado la empinada cuesta unas calles antes de llegar a mi oficina. Menos mal que mi bicicleta es eléctrica, ya que me ayudó a pedalear sin dejarme los pulmones en el intento. Sin el impulso extra que me ofreció la batería acoplada, creo que hubiera sido una experiencia de un único día.

7:55 am Hasta el gobierno lo sabe

Vivo en Madrid. Esto significa que, aparte de poder circular por toda la Almendra central Madrid, si un día se estropea mi bicicleta eléctrica, puedo alquilar una a BiciMAD y estacionarla en otro aparcamiento más cercano a mi trabajo. He estado investigando y otras ciudades también ofrecen ventajas a los ciclistas motorizados, por ejemplo, Barcelona subvenciona 250 euros para la compra de una bicicleta eléctrica. Zaragoza también alquila este modelo de transporte, por ejemplo.

8:05 am Un café, por favor

Mi hora de entrada es a las 9:00 am. El primer lunes con mi bicicleta eléctrica llegué casi una hora antes. Al haber evitado atascos y contado con la ayuda de la batería eléctrica hizo que pudiera relajarme para tomarme el desayuno. No os voy a mentir, a partir del martes empecé a madrugar menos y llegar con el tiempo justo, como siempre.

18:10 pm La ventaja final de tener bicicleta en la ciudad

Al salir de trabajar, decidí acercarme a por unas cosas que tenía reservadas en un centro comercial cercano. Mi sorpresa fue ver que en el aparcamiento tenían puestos de carga para la batería. Y estos días me he fijado y hay en más sitios de los que pensaba.

En conclusión, no solo llegaré con buen tipo a verano (el que viene, este me queda tarde), sino que estoy contribuyendo a evitar atascos, a contaminar menos y a fomentar la movilidad sostenible. ¿Y tu, te animas?