Antes usaba el coche para ir a la vuelta de la esquina. Ahora, el transporte público es mi mejor aliado. ¿Quieres ser como yo y seguir la filosofía de la movilidad sostenible? Aún estás a tiempo de interiorizar el eslogan de la semana europea de la movilidad 2018: Combina y muévete. Estos son los ‘tips’ que me ayudaron a dar el paso.

Hace seis meses utilizaba mi coche para todo: ir a la comida familiar de los domingos, acercarme al supermercado a la compra o el recorrido más largo y quizás menos apetecible de todos: ir a trabajar. Para esto último recorría más de 300 kilómetros semanales que se traducen en dinero para el combustible, piezas estropeadas con más frecuencia y tres horas diarias de tiempo perdido, incluso enfadado si el atasco de la autopista era interminable. Hasta que conocí el transporte multimodal.

Al oír de este término pensé: “esto no es para mí, voy a tardar más en llegar a todos lados, además todo el día bajo tierra, ni que fuera un topo”. Hoy, medio año después, he ahorrado más de 150 euros mensuales, he ganado media hora de sueño (y media hora para llegar antes a casa) y puedo decir que practico con mi bicicleta la movilidad sostenible cada mañana. Si te he dado algo de envidia o curiosidad, te cuento qué otros beneficios puedes obtener.

1. El tiempo es oro, el combustible también

Yo vivo en la sierra de Madrid. A lo mejor no sabes dónde está, pero para llegar a mi puesto de trabajo recorría todos los días 50 kilómetros. El atasco de la autopista A6 y luego el de la M40 hacían que un trayecto de media hora se convirtiera en uno de dos horas. Para que te hagas una idea, un coche gasta el doble o incluso el triple en embotellamientos, lo que hacía que gastara alrededor de 200 euros en combustible. Puede que no vivas en la capital de España, pero seguro que en tu ciudad o pueblo pasa algo similar.

A principios de año decidí que no podía gastar tanto, y creé una combinación casi imposible pero eficaz de autobús, tren y metro. Mi sorpresa fue ver que ahorraba más de media hora, además, siendo joven, mi abono transporte cuesta 20 € (tranquilos, los mayores de 26 años y los de otras ciudades seguiréis ahorrando). ¿Cuál es el mejor truco? Investigar, probar diferentes combinaciones y elegir la más óptima, aunque implique practicar tres veces la multimodalidad.

Leyenda: Eso sí, paciencia para aguantar a algunas personas en el transporte público

2. Mens sana in corpore sano

Un estudio del Centro Moriguchi de Salud de Osaka comparó diferentes tipos de viajeros y conductores de vehículos privados: los que utilizaban el transporte público eran menos propensos a presentar sobrepeso (44%) o presión arterial alta (27%). Yo este dato no lo conocía, lo que sí sabía es que andando por las escaleras del metro o de la parada del autobús a la estación de tren iba a hacer más ejercicio que moviendo una palanca de cambio de marchas.

3. Responsable con el entorno

Es de información general que el transporte público contamina menos que un coche de combustión. En cifras, la huella de carbono se reduce hasta siete veces. Este es el momento que mi ecofriend despertó, se puso una medallita en el pecho y susurró: estoy ayudando al planeta.

Y no solo la huella de carbono: la contaminación acústica, lumínica, el problema de asfaltar constantemente las carreteras transitadas, los aires acondicionados… todos estos problemas se reducen cuando nos decidimos a coger el tren, el autobús o el tranvía.

4. El móvil como aliado

Si existe hasta una app para encontrar sombra al aparcar o para localizar baños públicos cercanos, tenía que haber aplicaciones que convirtieran mi smartphone en una agenda especializada en el transporte multimodal. En mi caso utilizo ‘Transporte de Madrid CRTM’, pero cuando he viajado por España he utilizado Moovit, que me ofrece los datos a tiempo real.

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Otra opción para los residentes de Barcelona es la aplicación TMB , especialista en metro y bus. Si eres de los que no les importa coger la bicicleta para ir al trabajo, aparte de recibir mi más sincera enhorabuena, Bike Citizens proporciona rutas y lugares de interés.

5. Transporte multimodal = tiempo libre

El máximo hito de practicar la movilidad sostenible es aprovechar el tiempo que destinamos para desplazarnos de un sitio a otro. Yo algunos días me llevo un libro, pero hay otros que me siento menos culto y descargo un capítulo del último fenómeno de Netflix. Incluso puedo terminar algo del trabajo que llevaba atrasado. ¿Podría hacer eso en mi coche? La respuesta y la opción ganadora está clara.

Además, una vez que confías en el transporte multimodal, descubres que hay muchas alternativas que no conocías: car sharing, bicicletas eléctricas, atajos dentro de las estaciones y más. Lo importante es encontrar la ruta que más te favorece e ir descubriendo poco a poco los beneficios de la movilidad sostenible.