Repensar espacios, repensar el movimiento
Cuando pensamos en la nueva normalidad lo hacemos desde múltiples perspectivas, pero una de las imprescindibles es la sostenible. El mundo que hemos conocido hasta la crisis de la Covid19 requiere un cambio, conocido como green recovery, garantizando un futuro por y para todos. Y el modelo de transporte también exige un cambio. La nueva movilidad debe ser verde, o no podrá ser.
Qué es green recovery y por qué es la única opción
Si lo vemos desde una perspectiva más gubernamental, Europa ya ha hablado. El lunes 14 de abril, en plena pandemia, 12 ministros de medioambiente de la Unión Europea crearon una alianza informal, la “alianza de recuperación verde”. Esta iniciativa liderada por Pascal Canfin, eurodiputado centrista francés, exige que la recuperación económica y la transición ecológica deben ir juntas de la mano.
“Como todas las crisis, esta en la que nos encontramos en la actualidad supone un punto de inflexión” nos revela Celia Ruiz, experta en política, actualmente trabajando en el parlamento europeo. “La COVID-19 ha tenido unas consecuencias devastadoras para la sociedad. No obstante, debemos ser capaces de entender que solo seremos capaces de sobreponernos de este enorme mazazo a través de un plan de recuperación consistente, robusto y, sobre todo, enfocado en un cambio de modelo”.
“Si no emprendemos ahora las reformas necesarias para virar hacia una economía ecológica y respetuosa con el medioambiente, estaremos errando en las inversiones que hagamos para salir de esta crisis, ya que dentro de unos años el modelo actual no será sostenible. Es necesario entender que la recuperación debe tener un sello verde, no puede ser de otra manera. Los gobiernos e instituciones deben ser valientes y aprovechar este momento para emprender una transición hacia un modelo económico ecológico. No podemos perder más tiempo, necesitamos un plan de recuperación verde”.
Vemos en la opinión de esta experta que el camino va a ser duro, puede que largo, pero que es totalmente necesario para que siga existiendo ese camino. Y aquí todos debemos dar los mismos pasos, no vale con quedarse en la casilla de salida.
La opinión de los expertos sobre la nueva normalidad
“Es innegable que la pandemia del COVID-19 nos ha abocado a una crisis económica. Sin embargo, debemos ver esto como una oportunidad para lograr reconstruir la realidad en la vivimos. La green recovery nos habla precisamente de esto: de lograr una recuperación económica orientada al cuidado del medioambiente y a mitigar los efectos del cambio climático”, nos cuenta Yolanda González, periodista independiente experta en sostenibilidad.
“Debemos apostar por una transición verde en la que se fomenten las inversiones en movilidad sostenible, energías renovables y estructuras resilientes. No solo porque lograríamos un mundo más sostenible, sino porque se generarían miles de empleos. En mi opinión, el camino hacia una ‘economía verde’ es el único camino hacia una recuperación real”. Un claro reflejo de que una de las herramientas para un futuro más limpio será el transporte verde.
Para algunas empresas como Iberdrola, la recuperación verde es acelerar sus inversiones en energías renovables, digitalización y movilidad eléctrica para impulsar la recuperación económica y del empleo. Hacer esfuerzos como empresa en acercar el nuevo pensamiento sostenible no solo a sus clientes, sino a la sociedad en su conjunto. Una labor que Iberdrola conoce bien, pues lleva décadas apostando por ello.
La bicicleta, aliada de la nueva movilidad
La nueva movilidad implica olvidar ese pensamiento centralizado en el vehículo individual de combustión y abrir la mente hacia otras alternativas de transporte más cómodas, limpias y económicas. Ahora es más necesario que nunca y el coronavirus ha cambiado formas de pensar que parecían estar totalmente arraigadas.
El transporte público es quizás el medio más castigado durante esta crisis sanitaria. Y puede que lo siga siendo, pues volver a montar en un tren o metro abarrotado de gente, por muchas medidas de seguridad, sigue generando desconfianza. Uno de los grandes retos del sector de transporte, tanto urbano como interurbano, será ofrecer más servicio, más espacio y más higiene.
El vehículo privado gana terreno, pero aquí es donde se deben concentrar los esfuerzos de todos:
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- Por un lado tenemos la bicicleta, un vehículo a dos ruedas que se ha convertido en un referente en la fase 0, tanto para trabajadores como para deportistas (amateurs o profesionales). Algunos estudios gubernamentales multiplican por siete la ocupación del carril bici.
- Por otro lado tenemos el clásico coche, que se ve como la opción más segura, ya que permite viajar solo, sin contacto con otras personas. Pero, ¿es necesario que sea de combustión?
El hecho de utilizar un vehículo privado puede significar renunciar al diésel y gasolina. Cero emisiones al circular, sin restricciones en grandes ciudades y ventajas tanto fiscales como de ahorro, el coche eléctrico puede vivir su gran momento. Más ahora, cuando el plan Moves 2020 abre sus fondos para todos aquellos que quieran pasarse a la conducción de un EV.
Y, volviendo a la bicicleta, como comentaba en nuestro podcast el periodista Miguel Ángel Medina y el experto Miguel Samperio, es necesario adaptar las ciudades para moverse de esta forma. Aunque está claro que hay municipios que aceptan mejor medidas como los carriles bici, es un reto que tarde o temprano (seguramente más temprano que tarde) todos los gobiernos locales deben asumir.
Si te interesa escuchar nuestro último podcast donde cuatro expertos hablan sobre nueva normalidad y movilidad, te dejamos un enlace a Ivoox y a Spotify.
La nueva normalidad se mueve en verde
Las opiniones de expertos, figuras públicas y periodistas especializados coinciden en dos hechos: el primero es que la sostenibilidad es la única vía posible. Hay que acabar con emisiones, con carreteras abarrotadas, con espacios insalubres debido al ruido y el humo de los coches de combustión.
El segundo es que el horizonte puede parecer lejano, pero la suma de esfuerzos nos acerca más y más al objetivo. Empresas, gobiernos, organizaciones independientes y el grueso ciudadano deben ir dando los pasos correctos hacia un futuro verde. Y lo conseguiremos.