Las vacaciones de verano: una oportunidad para moverte sostenible

Todos estamos deseando que lleguen las vacaciones de verano. Una escapada a la playa, unos días en algún retiro de las montañas o volver al pueblo de la infancia. El destino es, sin duda, un ingrediente fundamental,  pero ¿qué huella dejamos hasta llegar a él? En pleno s. XXI, el turismo sostenible ofrece suficientes variantes para moverse sin contaminar. ¿Cuál es la forma más eco de viajar en nuestros tiempos de ocio?

El ecoturismo no es amigo del coche tradicional

Ya hemos comparado el trayecto Madrid-Bilbao (una ciudad que no te puedes perder, por bonita y sostenible) en un coche diésel, otro gasolina y uno eléctrico. El viaje, además de ser más caro en un vehículo de combustión, conlleva unos costes medioambientales que nuestro planeta ya no se puede permitir:

Los concesionarios de coches dicen que, de media, un coche vendido en 2018 emite 117 gramos de CO2 por kilómetro recorrido. Si lo multiplicamos por los 399 km de distancia… el resultado son más de 46 kilogramos de dióxido de carbono. Piensa en todos los coches que se dedican a hacer este trayecto, que no tiene por qué ser tan nuevos y, por lo tanto, suelen ser más contaminantes.

Viaje del coche eléctrico a Bilbao

Cuidado con volar

Si hablamos de trayectos largos, el avión es la opción más valorada. Pero cuidado: la industria de la aviación genera entre un 4 % a un 9 % del impacto en el cambio climático. Y es que un avión emite, por cada 88 personas, 285 gramos de CO2 por pasajero y kilómetro. Si vas a viajar dentro de tu país, hay opciones mucho más sostenibles a considerar.

Pero si vas a cruzar el charco o a desplazarte hasta China, está claro que el único modo es ir en avión. Si es así, intenta hacer el menor número de escalas posibles (un avión durante 10 horas contamina menos que dos aviones durante cinco) y busca una compañía que compense su huella de carbono, es decir, que tenga una política medioambiental de compensación.

Turismo sostenible… ¿en autobús o tren?

El tren gana a los dos medios de transporte anteriores. Suele ser el medio que desplaza a más personas (alrededor de 156) y el que menos emite: 14 gramos de dióxido por pasajero y kilómetro. En nuestro trayecto Madrid-Bilbao, emite 871 kilogramos de CO2; lo podemos comparar a 30 coches con 5 pasajeros, que emiten 7 toneladas.

 Ya te hablamos de otras ventajas del transporte público en este artículo

– Muévete en verde –

El autobús está a medio camino entre el tren y el coche convencional. Treinta personas contaminan alrededor de 750 gramos de CO2 por kilómetro. Volviendo a nuestro trayecto Madrid-Bilbao, 150 personas (5 autobuses) emiten 1 tonelada, cantidad siete veces menor a la de los coches tradicionales.

El transporte que no contamina al circular

Si tenemos que hablar de una forma de desplazarnos eco elegimos el coche eléctrico. Y es que, gracias a él, hacer turismo sostenible es más fácil. De hecho, ya es posible recorrer España en un vehículo de estas características. Solo hay que ver cómo los puntos de recarga del coche eléctrico se distribuyen por el país.

Además, con las nuevas tecnologías, la recarga te lleva el mismo tiempo que paras a tomar un café y a estirar las piernas. Y es el modelo de transporte más económico: nuestro famoso trayecto Madrid-Bilbao no te costará ni 10 €.

Y cuando ya estés en tu destino…

Hay diferentes opciones de transporte urbano. Turismo sostenible es coger el metro, que también está entre los modelos menos contaminantes, aprovechar el carsharing o motosharing, y aprovechar los VMP y en especial la bicicleta. Harás ejercicio mientras disfrutas de las mejores vistas a dos ruedas (especial mención para perderse entre bosques o calas).