La COP28, la Conferencia Anual de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, promete ser un evento clave para la movilidad eléctrica. Mientras el mundo lucha contra la urgente necesidad de reducir las emisiones de carbono, el enfoque en la movilidad eléctrica nunca ha sido más vital.

Dubái acoge la COP28: esfuerzos globales para abordar los desafíos del cambio climático

La COP28, o la 28ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, es un evento global que reúne a líderes, expertos y activistas de todo el mundo para abordar los desafíos más urgentes relacionados con el cambio climático. En esta ocasión, tiene lugar en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) del 30 de noviembre al 12 diciembre.

La visión de la COP28 se centra en cuatro ejes:

  • Acelerar la transición energética y reducir las emisiones para 2030, con metas como triplicar la capacidad renovable y duplicar la eficiencia energética.
  • Cumplir con los compromisos de financiación climática y establecer las bases de un nuevo acuerdo global, con el objetivo de duplicar la financiación para la adaptación en 2025 y cubrir las necesidades de los países en desarrollo.
  • Poner a la naturaleza, las personas y sus medios de vida en el centro de la acción climática, con iniciativas como el Fondo para Pérdidas y Daños y el Objetivo Global de Adaptación.
  • Movilizar a todos los actores para hacer de la COP la más inclusiva hasta la fecha, con alta participación de jóvenes y representación equitativa e indígena.

La movilidad eléctrica en el foco de la COP28

Como una de las soluciones más prometedoras para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el calentamiento global, la movilidad eléctrica está ganando cada vez más atención y apoyo.

Su protagonismo en la COP28 se materializa en eventos como el que organiza el Banco Mundial. En «Avanzando hacia la movilidad eléctrica con cero emisiones«, expertos del sector explorarán formas de ampliar la electrificación del transporte de pasajeros.

En particular, el debate se centrará en varias preguntas centrales: ¿Cómo pueden los países en desarrollo integrar la electrificación en sus planes de transporte de pasajeros? ¿Qué soluciones financieras se necesitan para aumentar significativamente las inversiones en movilidad eléctrica? ¿Cuáles son los mayores desafíos que se interponen en el camino de una adopción más generalizada de vehículos eléctricos?

El panorama regulatorio para el sector automotriz está cambiando drásticamente para alinearse con los objetivos del Acuerdo de París, con gobiernos globales aplicando normativas de emisiones más rigurosas y fomentando la adopción de vehículos eléctricos. Sin embargo, se requieren políticas adicionales para asegurar la descarbonización del sector, incluyendo incentivos para vehículos eléctricos, inversión en infraestructura de carga y apoyo a la investigación de tecnologías alternativas.

De esto y mucho más se hablará en las mesa redonda que organiza S&P Global Mobility, una conversación que reunirá a líderes de la industria, responsables políticos e innovadores para imaginar un futuro en el que el transporte no comprometa nuestro planeta.

Abordando los desafíos de la movilidad eléctrica en un mundo que busca cero emisiones

A pesar de los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el sector del transporte sigue representando el 20% de las emisiones globales. Esta cifra señala que aún existen varios obstáculos que dificultan el desarrollo de la movilidad eléctrica a gran escala.

“El sector del transporte sigue representando el 20% de las emisiones globales”.

Un desafío importante es la falta de infraestructura de carga para vehículos eléctricos. A pesar de los avances en la expansión de la red de carga, aún queda mucho por hacer. La falta de infraestructura de carga es una barrera para muchos posibles usuarios de vehículos eléctricos y es crucial para la adopción generalizada de la movilidad sostenible.

Otro desafío es el consenso global. Aunque se han logrado acuerdos significativos, como el lanzamiento de la Coalición A2Z en la COP26 y la decisión de la Unión Europea de poner fin a la fabricación de vehículos de combustión interna para 20352, todavía existen discrepancias importantes entre las naciones respecto a cómo implementar y financiar esta transición hacia la movilidad eléctrica. Estas diferencias pueden ralentizar el progreso y dificultar la realización de los objetivos climáticos globales a tiempo.

Además, a pesar de los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el sector del transporte sigue representando el 20% de las emisiones globales. Esto indica que la transición a la movilidad eléctrica no está avanzando a la velocidad necesaria para cumplir con los objetivos climáticos globales.

En conclusión, la COP28 se está perfilando como un momento crucial para la movilidad eléctrica. Con debates, exhibiciones y alianzas estratégicas, la conferencia resaltará la importancia de la transición al transporte eléctrico. A medida que avanzamos hacia un mundo con cero emisiones netas, el papel de la movilidad sin emisiones no puede desestimarse.